Cuando se coloca un implante, sea eso una prótesis de mama, rodilla o cadera, el organismo reacciona formando un revestimiento a su alrededor. Es un proceso normal y fisiológico que en la cirugía de aumento de pecho o en la reconstrucción de mama llamamos “cápsula”. Ocurre en todas las pacientes, independientemente de si la prótesis mamaria sea lisa o texturada, de silicona o suero fisiológico, y corresponde a la respuesta natural del cuerpo a un objeto extraño.

Normalmente es una capa extremadamente fina, pero en algunas mujeres, por razones que todavía no están del todo claras, la cápsula tiene una tendencia a engrosarse, apretando el implante. Esto se conoce como contractura capsular y está clasificada en cuatro grados: en un grado 1 el pecho es normalmente suave y se ve natural: básicamente, todas las mujeres que llevan prótesis tienen por lo menos esto, ya que todas tienen una cápsula. Es sólo cuando la cápsula se engrosa que se produce contractura capsular. En el grado 2 la mama se siente un poco firme, pero se ve natural: hay una contractura capsular mínima que normalmente no requiere tratamiento. A un grado 3 le corresponde un pecho que se siente firme y con una forma que empieza a aparecer algo distorsionada: el implante está siendo exprimido fuera de su posición normal, por lo general hacia arriba, y va asumiendo una forma redonda, como una pelota. Definimos un grado 4 de contractura capsular cuando a el aspecto clínico distorsionado de un grado 3 se añaden malestar y dolor causado por el endurecimiento progresivo de la cápsula.

Las causas de la contractura capsular son todavía muy poco claras, sin embargo hay varias razones que parecen poder conducir a un mayor riesgo de que se produzca. Entre las causas más frecuentes están la contaminación bacteriana de la cubierta del implante, las infecciones, los seromas y los hematomas que se relacionan con una reacción inflamatoria por parte del organismo. También la colocación subglandular de la prótesis, es decir por encima del músculo pectoral, parece tener mayores tasas de contractura capsular.

A pesar de la causa y del grado de contractura capsular es importante decir que no es la prótesis que se pone dura. De hecho, en el caso de una retirada del implante, notaríamos que está tan suave como cuando se insertó. Es la interacción de la cápsula con la prótesis que puede hacer que el pecho se note duro.

Es también importante decir que la contractura capsular por si sola no causa la ruptura de las prótesis, ya que la fuerza de compresión se ejerce de manera uniforme alrededor de la toda la superficie del implante, y todavía más importante recordar que no supone un aumento en el riesgo de cáncer de mama porque no afecta a la glándula mamaria.

Sólo un porcentaje relativamente pequeño de mujeres que llevan prótesis desarrollan una contractura capsular de grado 3 o 4 lo suficientemente grave como para requerir tratamiento quirúrgico. A través de la incisión o entrada de la anterior intervención eliminamos toda o parte de la cápsula y el implante sustituyéndolo por uno nuevo. En el caso de un bolsillo subglandular aconsejamos también cambiar el plano a subpectoral. El objetivo es empezar desde cero de forma che con una prótesis nueva se vaya formando una nueva cápsula. Es muy raro el caso de pacientes que desarrollen una recidiva de contractura capsular mientras que la mayoría de los casos tratados acaban con éxito.